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Exposición: Identidades Vallecaucanas en el siglo XX

La Gente

Contexto histórico

Los procesos de transformación de la estructura social de los vallecaucanos son de finales del siglo XIX, puesto que entre el siglo XVIII y las dos primeras décadas del XX, ésta se organizaba en torno a castas muy marcadas.

Los hacendados, quienes proclamaban su "limpieza de sangre" y estaban en la cúspide de la estructura social, ejercían su dominio sobre los mestizos y los negros, en su mayoría dedicados a oficios urbanos o a las labores del campo. Vivían de las heredades de sus mayores y vieron con preocupación cómo las reformas republicanas aceleradamente introducían cambios en el tradicional esquema de dominio social. En efecto, las reformas sociales llevadas a cabo por el Estado republicano llevaron a la abolición de la esclavitud; no obstante, esta medida no logró transformar radicalmente la hacienda esclavista, ya que los negros libertos siguieron sujetos a la tierra mediante contratos de aparcería y arrendamiento.

Los negros que salieron del dominio de sus amos marcharon a la colonización de nuevas tierras en la frontera del Pacífico, o se desplazaron a las ciudades a ejercer algún oficio artesanal, mientras que otros se radicaron en los ejidos, para ocuparse de cuanto oficio apareciera. La mayoría de la población, los mestizos, clasificados en los censos coloniales como "libres de varios colores", continuaron dedicados a sus tradicionales ocupaciones como campesinos libres, administradores de haciendas, sirvientes o artesanos en las ciudades.

Los indígenas, cuya presencia ha sido prácticamente irrelevante, desde tiempo atrás se refugiaron en la frontera del Pacífico.

La estructura social tendió a mantenerse invariable hasta cuando los dirigentes vallecaucanos se propusieron la modernización de su región. En efecto, las propuestas de desarrollo que buscaban dotar al departamento de una estructura de transporte, posibilidades de vinculación al mercado mundial y las oportunidades que ofrecía un sistema educativo más libre y más técnico, exigían que la sociedad se transformara de acuerdo con los nuevos tiempos. Gracias a esto muchos hacendados -considerados muchas veces como rentistas ociosos- debieron transformarse en empresarios rurales, capaces de exportar lo que la región producía, como tabaco, quina, añil, aguardientes y carnes. Los campesinos autosuficientes debieron producir para mercados más grandes y aumentar sus posibilidades de consumo y muchos trabajadores rurales y urbanos se transformaron en obreros en las obras de comunicación. Este desarrollo económico permitió que el departamento participara en los ciclos de exportación colombianos que, en el largo plazo, permitieron el surgimiento de una élite empresarial que llevó a que el Departamento se modernizara y se convirtiera, durante el siglo XX, en una de las regiones más modernas del país, y que las tradicionales heredades agrarias de los vallecaucanos se transformaran para dar paso a la más importante agroindustria del país, la azucarera.

Los extranjeros llegaron, atraídos por las posibilidades del Departamento, a hacer fortuna y a desempeñar trabajos que requerían mano de obra calificada, como la construcción de caminos, el telégrafo, el ferrocarril y la navegación, o a montar casas de comercio. No se trató de una inmigración masiva, pero permitió la presencia de inmigrantes de Europa del Este tales como los Meyendorff, los Zawadzky o los Eder; de italianos como los Cerrutti, Pugliese, Blum, Capurro y Menotti; de irlandeses como los O'Byrne; de alemanes como Böhmer, Mürle, y Burkhardt; libaneses como Nader y Zaccour, hebreos como Isaacs, de norteamericanos como los Barney, y también franceses y españoles. Más recientemente, se presentó la llegada de una importante colonia japonesa, cuyos miembros han hecho grandes aportes a la cultura y al desarrollo económico y social del departamento.

Los nacionales realizaron, sin embargo, el más importante proceso de inmigración que se dio en el departamento, especialmente en el valle del alto Cauca. Se trata principalmente de las diferentes oleadas sucesivas de antioqueños y caldenses, que invadieron las cordilleras tumbando monte y plantando fincas cafeteras, con cuyo producto se pudo sustentar en sus inicios la infraestructura vial de la planicie. La presencia de estos colonos hizo grandes aportes al departamento, en la medida en que junto con los pobladores de la Costa Pacífica, le dieron una gran riqueza cultural y étnica, que conservan sus descendientes.

Los dirigentes vallecaucanos surgieron de transformaciones que no se dieron únicamente en el campo económico o el cultural. En el político, debieron crear una dirigencia que fuera capaz de representar y defender sus intereses frente a las absorbentes élites de Popayán y Bogotá. Así, durante el siglo XIX, el país estuvo en manos de los presidentes vallecaucanos Manuel María Mallarino, Eliseo Payán, Carlos y Jorge Holguín y Manuel Antonio Sanclemente. Se destacan también Ignacio Palau Valenzuela, gestor del departamento, y los gobernadores Ignacio Rengifo Borrero, Demetrio García Vásquez y Alonso Aragón Quintero, quienes impulsaron el desarrollo de una infraestructura de acueductos, edificios públicos y plazas de mercado en los municipios del departamento, así como Nicolás Ramos Hidalgo, que desde Cali impulsó la planeación basada en estudios estadísticos. Hay que mencionar a Alfonso Barberena y a Julio Rincón, así como a María, Mercedes, Tulia y Ascensión Borrero Mercado, importantes dirigentes que se preocuparon por mejorar las condiciones de existencia de los sectores más pobres del pueblo vallecaucano. Hay que incluir también a Bernardo Garcés Córdoba, Manuel Carvajal Sinisterra, Evaristo García y Diego Garcés Giraldo.

Los políticos del departamento del Valle del Cauca durante el siglo XX no fueron tan fuertes como para alcanzar la Presidencia de la República, pero sobresalieron personajes importantes como Benjamín Herrera, Alfredo Vásquez Cobo, José Manuel Saavedra Galindo, Pedro Antonio Molina, Francisco Eladio Ramírez, y el candidato a la presidencia Rodrigo Lloreda Caicedo. Son muchos los vallecaucanos que se han destacado, y son muchísimos los vallecaucanos anónimos que aportan cada día sus fuerzas para convertir el departamento en una de las regiones más pujantes, acogedoras y bellas del país.

Los intelectuales vallecaucanos también han hecho importantes contribuciones al desarrollo de la región: se destacan Evaristo García Campos y Víctor Manuel Patiño, experto mundial en botánica; también Ciro Molina Garcés y Carlos Durán Castro, promotores del desarrollo planificado del Valle del Cauca hacia la agroindustria. O periodistas como Alfonso Bonilla Aragón, y escritores como Enrique Buenaventura, Fernando Cruz Kronfly, Humberto Valverde, Philip Potdevin, Carlos Jiménez y Julio César Londoño.


Señor Guillermo Campo, hombre de negocios y su familia. Santiago de Cali.
Autor: s.n
Año: 1950
Cod: 0500271


Estos aparceros hoy son colonos. Cartago.
Autor: s.n
Año: 1938
Cod: 0300604


Alfonso Rodríguez y su familia. Aspecto de vida de un trabajador del Ingenio. Palmira
Autor: s.n
Año: 1950
Cod: 0300084


Propietarios e invitados del Ingenio de La Manuelita en una celebración especial. Palmira.
Autor: s.n
Año: 1901
Cod: 0300051


SOCIOS DEL INGENIO MANUELITA. Palmira.
Autor: s.n
Año: 1902
Cod: 0300050


Familia Cruz Vega, oriundos de Tulúa: Libardo, Carmen, Alonso, Cornelia, Nelson, Justo, Camilo, Alonso, María Vega y Carlos, María Luisa Cruz Vega. Tuluá.
Autor: s.n
Año: 1926
Cod: 0605528


Soledad Reyes Bueno y familia en su hacienda de La Ruiza en El Cerrito. De izquierda a derecha y de pie: Soledad Reyes B., niño Julio César Reyes Q., María Teresa Quintero y Gersaín Reyes B., Sentados, los abuelos Bárbara Bueno de R. y Numa P. Reyes Tascón. El Cerrito.
Autor: s.n
Año: 1921
Cod: 0100021


Miembros de la familia Gamboa en su Hacienda El Mameyal. Santiago de Cali.
Autor: s.n
Año: 1925
Cod: 0100403


Campesinos, con el vestuario propio de su oficio. Bugalagrande.
Autor: s.n
Año: s.n
Cod: 0101340


El señor Eliecer García, su esposa Carmen Reina, su hijo Victor García y su hija. Santiago de Cali.
Autor: FOTOGRAFIA AMERICANA
Año: 1950
Cod: 0605348


Familia Aragón Salguero. Jamundí.
Autor: s.n.
Año: 1935
Cod: 0604869


Manuel Angel Alzate y sus hijos Libardo y Anatilde. Cartago.
Autor: s.n.
Año: 1945
Cod: 0604663


La señora Beatriz Hurtado con todos sus hijas e hijas: Lucila, Giner, Efren, Eduardo, y Graciela en su casa de campo situada en el Alto del Oso. Restrepo.
Autor: s. n.
Año: 1950
Cod: 0603136


Álvaro Peláez, Hilda Inés Barbetti y su hijo Humberto Peláez Barbetti. Tuluá.
Autor: FOTO IMPERIO
Año: 1950
Cod: 0603381


Justina Rojas de Delgado en la hacienda San Miguel. Yotoco.
Autor: s.n.
Año: 1940
Cod: 0603821


El señor Eduardo López Miller y otros miembros de su familia. Jamundí.
Autor: s.n.
Año: 1950
Cod: 0604862


Casa campesina del corregimiento de Pavas perteneciente a doña Rafaela Ramos, le acompañan Yolima y Margarita Díaz. La Cumbre.
Autor: s.n.
Año: 1960
Cod: 0604292


Familia Sol Gamboa; Justo Sol, Delfina Carvallo de Gamboa, María Antonia Gamboa, Consuelo Gamboa de Sol, Octavio Gamboa y Ana María Sol Gamboa, en la finca El Mameyal. Santiago de Cali.
Autor: s.n
Año: 1946
Cod: 0100538


Nativos de Bitaco, convivencia de las culturas indígena y negra.. Buenaventura.
Autor: ERICH BART
Año: 1925
Cod: 0102509


Indígenas de la región y los atuendos de época. Silvia.
Autor: ERICH BART
Año: 1924
Cod: 0102541


Teobaldo Tacachunga, indígena del amazona. Fue traído por el rector de la "Escuela de Artes y Oficios José María Cañadas". Trabajó en el taller de ebanistería. Santiago de Cali.
Autor: s. n.
Año: 1935
Cod: b124


Bogas por el río.
Autor: s.n.
Año: 1970
Cod: 0501206


Ramocito Pereira, personaje típico del municipio. Vijes.
Autor: s.n.
Año: 1960
Código: 0603991


Cleotilde Hernández. Ginebra. C. 1970. Hacia la década de los 70's se puso de moda el peinado "African Loock", popularmente llamado "afro" utilizado especialmente por las personas de raza negra, que consistía en "embombarse" el cabello.
Autor: s.n.
Año: 1970
Cod: 0602806


Embarcadero del barrio Pueblo Nuevo. Las canoas son el medio de transporte y trabajo más importante de muchos de los habitantes de los barrios palafíticos. Buenaventura.
Autor: Anical Ocoro
Año: 1955
Cod: 0604119


Campesino observando el paisaje.
Autor: s. n.
Año: 1984
Cod: 0300810


Pescadores artesanales en Juanchaco. Buenaventura. La matrifocalidad afrovallecaucana gestó manifestaciones religiosas mestizas cristianas como cantos de las Loas de navidad, los saludos a la madre de Dios, los cantos de alabados en los ritos fúnebres, fugas a santos protectores todos acompañados con bombos, conunos, marimbas y wasás Toda esta oralidad sacro- profana pervive hoy en día, al igual que en la región del valle geográfico del río Cauca. La música como el bambuco viejo denominado currulao en sus diversas variedades se fue desarrollando con bundes y jugas.
Autor: Orlando Riccy
Año: 1995
Cod: 0500288


Efigenia Moreno. Santiago de Cali. El negro cultivador, propietario de una pequeña parcela, adquirida a lo largode su proceso emancipador de la esclavitud, generó una cultura negra , asentada en el sur del valle geográfico del río cauca, o norte del departamento del Cauca y que ha protagonizado fenómenos políticos, sociales y económicos, en procura de fortalecer y/o reivindicar sus identidades negras y mulatas. Igualmente el negro del Pacífico vallecaucano con una economía poliactiva circula por los ríos de manera vertical y horizontal, estableciendo una movilidad espacial y estructurando un parentesco exogámico y de redes relacionales. La mujer negra en cambio estabiliza la esfera de las unidades domésticas productivas y residenciales.
Autor: Estudio Rimolo
Año: 1950
Cod: fdo009652