Exposición: Modernizaciones en el Valle del Cauca siglo XX
Orígenes y desarrollo del paisaje cultural cafetero del Valle del Cauca
Contexto histórico
Un paisaje es el resultado de las actividades humanas en un territorio cuyas características físicas se entrelazan con ellas, para crear una forma de vida y unos imaginarios, que con la naturaleza, forman un todo irremplazable y diferente.
Por lo anterior, cuando nos referimos al denominado eje cafetero, conformado por los departamentos del viejo Caldas y regiones del norte del Valle se puede hablar de un Paisaje Cultural en un área montañosa y fértil, poblada por gentes de costumbres heterogéneas entre diferentes regiones, especialmente paisas, que estableció un modo de vida en torno al cultivo del café y todo lo que implica su producción. En efecto, el territorio cafetero, como todo territorio, es a la vez medio natural y construcción humana, con la precisión de que la distinción entre ambas nociones es muy difícil de establecer, las fronteras entre ellas son inciertas y sobre todo porosas. El territorio, la geografía, la región el paisaje y demás nociones con las que queramos identificar el medio donde se asienta una cultura, se hace, se construye tanto en formas materiales como en la imaginación de sus habitantes; confluyen en él una mezcla de procesos materiales, sociales y mentales. El territorio es un objeto de permanente construcción y transformación de parte de las poblaciones que se asientan en sus pliegues, las cuales lo construyen y lo transforman apropiándoselo como proyecto. Hablar del PCC no solo es referirnos tan solo a los labriegos, pues el café influye en la vida de millones de habitantes del sector cafetero, cuyo desarrollo se basó en la caficultura y son parte integral del cultivo, el proceso y comercialización del grano.
Adentrándonos al pasado del PCC del Valle del Cauca, nos hallamos la vertiente de la cordillera occidental, es un espacio fundamental que hace parte de la conformación del Valle geográfico del río Cauca, esta empezó a poblarse tímidamente, cuando en la segunda mitad del siglo XIX penetraron en ellas los colonizadores antioqueños. Cuando el departamento se crea y empieza a configurarse, los signos internos de reanimación –visibles desde finales del siglo XIX y una vez terminó la Guerra de los Mil Días-, se acentuaron, entrecruzándose con la mayor integración nacional que propiciaba la economía cafetera y la consolidación del Viejo Caldas. La región se vio favorecida por estos factores, convirtiéndose además, por su situación geográfica, en un espacio decisivo para los procesos de cambio en el occidente colombiano.
Sin duda, un fenómeno, social y demográfico que jugó un papel de primer orden en la creación de condiciones para el despegue del desarrollo vallecaucano fue la extensión de la “colonización antioqueña” a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX hacia el norte del departamento, pero en prolongaciones hacia el sur por la Cordillera Occidental hasta el municipio de Restrepo y por la Cordillera Central hasta Tulúa. Esta colonización creó especialmente en el norte una importante zona cafetera basada en economías campesinas. La ley adjudicó los baldíos con la condición expresa de arrasar los bosques. Ellos dejaron como consecuencia las laderas deforestadas, la selva transformada en matorrales y los arroyos expuestos a la resolana, pues se incentivó la hecatombe de plantas y animales al asignar una hectárea de bosque por cada hectárea de monte destruido. El hacha de los antioqueños abrió espacio para el maíz, para el fríjol cargamanto y los pastos del ganado blanco oreji negro. Los productos de la tierra no daban poder ni generaban riqueza; el medio para lograrlos era la tenencia de grandes extensiones que sujetaban peones, terrazgueros y agregados a las grandes haciendas y con ellos, votos y voluntarios para las aventuras guerreras de colonización.
Como ya lo habíamos mencionado, la Guerra de los Mil Días acentuó el proceso de la colonización antioqueña hacia las montañas del norte vallecaucano. Los inmigrantes comenzaron talando selva, construyendo chozas y parcelas, sembrando maíz y fríjol para el consumo familiar y luego el café para los mercados internos y externos. Bien pronto el cultivo del grano se expandió con el trabajo del inmigrante en un período favorable para el café.
El grano se venía cultivando tiempo atrás, especialmente en las economías campesinas de la parte plana y de los piedemontes en el sur, pero un segundo período expansionista de la producción cafetera en el Valle del Cauca tuvo lugar durante los primeros quince años del siglo XX y ha continuados hasta la actualidad. La diferencia fundamental con el anterior, es que operó en los flancos de la preferencia de la planicie. Otra característica es que esta segunda etapa se debió casi exclusivamente a inmigrantes de origen antioqueño.
Esta corriente colonizadora fue “fundadora de pueblos” y dinamizó la actividad agrícola y comercial de otros poblados ya existentes en la Cordillera Occidental. A partir de 1915 se presenta una tendencia a la expansión de la economía cafetera vallecaucana acompañada por un importante crecimiento de las poblaciones que se crearon con la prolongación de la colonización antioqueña en el norte del Valle.
De esta manera, la producción cafetera en el norte montañoso del Valle con base en la economía campesina jugó un papel determinante en la conformación del patrón de desarrollo regional del siglo XX y en el proceso de modernización del departamento durante la primera mitad del siglo XX, con prolongaciones para la segunda mitad del siglo XX en el marco de procesos como la industrialización, la urbanización, etc...
Por parte, observando el anterior panorama general nos encontramos pues que, en el 2011 la UNESCO incluyó en las listas del Patrimonio Mundial, en la categoría de Paisajes Culturales, el Paisaje Cultural Cafetero de Colombia. Este paisaje lo constituye una muestra representativa de zonas, que desagregadas en área principal y zona de influencia, corresponden a los departamento de Caldas, Risaralda, Quindío y Valle del Cauca. Para el caso del departamento del Valle del Cauca la escena del paisaje cultural cafetero se muestra en los municipios de Alcalá, Ulloa, Caicedonia, Sevilla, Trujillo, Ríofrío, Ansermanuevo, El Águila y El Cairo
Evidentemente, queremos que “echemos un vistazo” del Paisaje Cultural Cafetero vallecaucano, presentando un panorama general de su proceso histórico de construcción y consolidación a través de una serie de muestras fotográficas, que nos permitan identificar, recrear, conocer y darle una posible contemplación a una de las zonas y culturas más importantes y características del departamento del Valle del Cauca, y que así mismo, nos permita reconocer y concientizar la riqueza y diversidad cultural del departamento.
Trilladora La Mariela siendo gerente el señor Bernardo Mejía Botero. Caicedonia. Autor: Francisco Henao Año: 1936 Código: 0601363
Taller de Fundición Giljota, Sevilla. Autor: s. n. Año: 1924 Código: 0601306
Recolector de café. La cultura del café y la civilización surgida alrededor del grano, son el resultado de la labor continua y persistente de una organización rural sin parangón en otros sitios del planeta. Desde 1927 la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia han agrupado a sus federados tras objetivos comunes, se encargan de buscar mercados y regular las compras del café, orienta los cultivos, se encarga de la investigación para hacer competitiva la industria cafetera y da todo el apoyo que necesitan los caficultores para elevar su nivel de vida y cimentar valores ciudadanos. Autor: Central de Cooperativas Agrarias, CENCOA Año: 1990 Código: 0500891
Campesinos con cargas de café para la venta. Colombia giró durante media centuria alrededor del café y su cultivo dio la identidad que distinguen al país de otras naciones andinas; todo ellos fue posible gracias al esfuerzo de los cultivadores del grano, que además de los impuestos generales, han contribuido para lograr esos fines con un porcentaje del valor de las exportaciones del grano. Autor: Central de Cooperativas Agrarias, CENCOA Año: 1980 Código: 0500885
El Jeep Willys, medio de transporte característico de las carreteras de la zona de colonización antioqueña en las montañas del Valle del Cauca. La Bella, Argelia. Autor: Diego Julián Giraldo Año: 1980 Código: 0400399
Buses escalera con participantes en un cursillo. El Cairo. Estos buses aparecieron con las carreteras; en los chasises de camiones Ford o Chevrolet los artesanos montaron la carrocería de madera, con bancas para pasajeros que se desmontan para llevar carga. Las “chivas” tienen un capacete, que es como un segundo piso. Las chivas se pintan de abigarrados colores y se decoran con colgaderos instalados arriba del parabrisas o con estatuillas en el capó. No se le miden a las trochas, son vehículos intermunicipales o veredales, y en cuanto a sus choferes son semejante a los Willys: serviciales, muy de la casa, llevan y traen encargos, con la diferencia que apuntan a las peregrinaciones a Buga, las excursiones escolares, y las concentraciones políticas. Autor: Diego Julián Giraldo Año: 1960 Código: 0300371
Panorámica de Sevilla. Autor: Foto Toro Año: 1940 Código: 0604645
Finca del señor Celio Baena en Caicedonia. La chambrana, los marcos de puertas y ventanas y el techo entejado son característicos de la arquitectura rural. Caicedonia. En la vivienda rural la crujía con típica organización axial de espacios, permite la apertura en estos, de mínimo dos de sus lados, garantizando la ventilación cruzada. Los corredores cubiertos y con amplios aleros que flanquean las crujías, constituyen además de franjas continuas de protección del sol, espacios de transición dotados de ideales condiciones para el pleno dominio sobre el territorio; sea el control de los terrenos del cultivo, el entorno vecino; sea el disfrute del paisaje, el entorno más lejano. Igualmente es característica de estos corredores su versatilidad, debido a su continuidad, que da forma a veces a circuitos completos, permitiendo la realización simultánea de múltiples actividades. Autor: FOTO HENAO Año: 1950 Código: 0601556
Casa de la familia Henao Botero. Caicedonia. La sabia respuesta ambiental que resulta de la conformación de esta vivienda la refuerzan los materiales que se emplean en su construcción: el barro crudo de las paredes, el cocido de las tejas, las maderas del bahareque, de los pisos, cielos, puertas y ventanas, que aíslan la edificación del exterior, asegurándole una temperatura, humedad e iluminación constantes .Las puertas y ventanas de doble hoja, enfrentadas, en ocasiones horizontalmente divididas (lo que posibilita la apertura independiente de su parte superior), los vidrios y los postigos, y junto con ellos las cortinas, facilitan el más amplio control de iluminación y la ventilación de los interiores.  Autor: FOTO HENAO Año: 1938 Código: 0601418
Calle del Recreo, Caicedonia, 1945.  Autor: s.n Año: 1945 Código: 0601341
Panorámica de Sevilla.  Autor: s.n Año: 1945 Código: 0601312
Panorámica de Argelia 1938. Arquitectura Urbana típica de las zonas de colonización antioqueña.  Autor: Manuel García Fernández Año: 1938 Código: 0400571
Desarrollo urbano en adobe y guada. Calle principal de El Aguila, C. 1950.  Autor: BELISARIO CLAVIJO Año: 1950-01-01 Código: 0400791
Panorámica del Parque y templo de la zona urbana de Ulloa, treinta años después de su fundación. Ulloa. Las viviendas colgadas de las laderas, sea de las parcelas o de las poblaciones, una de las principales características de las construcciones de este territorio es su buen comportamiento estructural y su adecuada respuesta al clima: el bahareque, técnica constructiva básica en las que están levantadas, hace que estas edificaciones además de seguras (su sistema de riostras o diagonales les permite neutralizar y disipar las cargas horizontales de origen sísmico) sean sanas, confortables y equilibradas desde el punto de vista ambiental, siendo mínimos los impactos que pueden ocasionarle al medio ambiente. Esa excepcional conjunción la produce, por un lado, una respuesta a la topografía de las fuertes pendientes de la montaña gracias al ingenioso recurso de la plataforma, de la solución a medio balcón y el uso, por otro, del sistema de la crujía que en conjunto permiten un magistral emplazamiento de la edificación que al tiempo que recalca las pendientes del terreno, acompaña sus curvas de nivel.  Autor: Manuel García Fernández Año: 1950 Código: 0401006
Hacienda las Delicias. Trujillo. Las fincas, la unidad productiva de esta cultura, por lo común de las áreas pequeñas, presenta una disposición característica: la vivienda con acabados de gran colorido y las construcciones utilitarias donde se lleva a cabo el beneficio se destacan como mojones en un entorno dominado por el cultivo del café, de disposición nunca uniforme debido tanto a la irregular topografía como a los cultivos asociados según estos sean contiguos o entreverados (como en el caso del café de sombrío que domina la cordillera Occidental) entre los que se cuentan huertos, pastos, caña, frutales, maíz, plátano, etc. Ocupan las visuales más lejanas, picos de montañas, áreas de bosque y especialmente guaduales indicativos de la presencia de numerosas corrientes de agua alrededor de las cuales se estructura la valiosa oferta ambiental de la montaña.  Autor: s.n. Año: 1940 Código: 0500979
Calle principal, entrada a Trujillo, al fondo el templo parroquial. Tanto en las casas rurales como en las urbanas y sobre todo en las más pequeñas y modestas (las que más abundan) los corredores con las vigas de los cielos sin entablar, permiten un continuo flujo de la brisa sobre los soberados, impidiendo la acumulación de calor bajo las cubiertas; flujo que se corresponde con el que desde abajo barre los cimientos, favoreciendo una circulación envolvente y permanente a imagen de la sangre en un cuerpo sano.  Autor: Foto Central Año: 24-mar-1985 Código: 0600172
Panorámica de Argelia Valle del Cauca en 1941. Muestra la evolución de cuatro décadas de colonización antioqueña en el norte del valle del Cauca. La excepcional conjunción arquitectónica de los municipios del Norte del Valle, la produce, por un lado, una respuesta a la topografía de las fuertes pendientes de la montaña gracias al ingenioso recurso de la plataforma, de la solución a medio balcón y el uso, por otro, del sistema de crujía que en conjunto permiten un magistral emplazamiento de la edificación, que al tiempo recalca las pendientes del terreno acompaña sus curvas de nivel.  Autor: Manuel García Fernández Año: 7-jul-1941 Código: 0400570
Desfile en la Calle de la Marina. Argelia. La irregularidad e imprecisión de este perímetro edificado y de la abrupta topografía donde se extiende, contrasta con la disposición ordenada de edificaciones regularmente alineadas a lo largo de la calles y carreras, de esta manera la tensión y el conflicto creado por un urbanismo racional de retículas disciplinada y regular con calles y carreras que se interceptan a 90°, que tiene escasa correspondencia con el carácter orgánico y abigarrado del espacio natural donde se implanta, se resuelve a favor, en cada vía del trazado, en cada trayecto, de soluciones siempre inéditas y sorpresivas de gran originalidad.  Autor: s.n. Año: 1947 Código: 0400448
Panorámica de Ansermanuevo.  Autor: DIEGO JULIAN GIRALDO Año: 1940 Código: 0400523
Plaza de Argelia durante unas fiestas. Gracias a la versatilidad del espacio de la plaza, el principal espacio de este casco urbano, a la pluralidad de sentidos y valores que ella como referente le confiere a todo el trazado, el viandante, el transeúnte adquiere una nueva significación de poblado: la visión abstracta de la retícula en planta cede su lugar a una representación concreta, experimentable, dada la variedad de rutas que llevan a un sin fin de destinos que tienen en la plaza un punto de partida y de confluencia común y a partir de la cual se reproduce –en los recorridos a través de calles y carreras, ascensos y descensos por las cuestas de sus calles- el desplazamiento en zig zag propio de los caminos que parten o conducen hacia o desde las veredas de la población  Autor: s.n. Año: 1950 Código: 0400446
Panorámica de El Águila. Colgadas de las laderas, sea de las parcelas o de las poblaciones, una de las principales características de las construcciones de este territorio es su buen comportamiento estructural y su adecuada respuesta al clima: el bahareque, técnica constructiva básica en la que están levantadas, hace que esta edificaciones, además de seguras (su sistema de riostras o diagonales les permite neutralizar y disipar las cargas horizontales de origen sísmico), sean sanas, confortables y equilibradas desde el punto de vista ambiental, siendo mínimos los impactos que pueden ocasionarle al medio ambiente.  Autor: s.n. Año: 1948 Código: 0300646
El frondoso árbol Samán del Parque Principal de Alcalá. Los pueblos del Norte del Valle con su desarrollo lineal acompañan las cuchillas o filos de montañas donde se localizan. Su trazado en forma de damero español (trazado en damero, es el tipo de planeamiento urbanístico que organiza una ciudad mediante el diseño de sus calles en ángulo recto, creando manzanas (cuadras) rectangulares) organiza la distribución de las calles y carreteras y los solares, privilegiando el espacio de la plaza y la vía principal; esta última sobre la cuchilla, pasando por la plaza, atraviesa de un extremo a otro la población; y hacia ambos lados de esta cuchilla se desarrollan ortogonalmente vías más cortas enmarcadas por construcciones que acompañan el irregular perfil de las laderas. Las manzanas en su encuentro con la abrupta topografía de las vertientes de la cuchilla se deforman en irregulares desarrollos de borde en los que la vegetación de los solares de los predios se funde sin solución de continuidad con el entorno rural.  Autor: s.n. Año: 1955 Código: 0100548
Flota de automóviles ubicados en el Parque Uribe. Sevilla.  Autor: s.n. Año: 1930 Código: 0101524
Club Los Alpes, al fondo uno de los primeros autos que llego al municipio. Sevilla.  Autor: s.n. Año: 1933 Código: 0101525
Fiesta del Amarre. Sevilla. Los poblados en las cuchillas de las montañas contrarrestan la dispersión de las parcelas y la transforman en la unidad de interés común. El contraste entre la irregular topografía y el trazado en forma de damero se resuelve en cada calle, en cada cuadra, en cada recorrido en espontaneas soluciones de gran originalidad que ponen en el valor al tiempo, urbanismo, arquitectura y paisaje.  Autor: ARTUR WEINBERG Año: 28-jun-1953 Código: 0103799
Plaza principal y templo, Sevilla. En estas poblaciones del Norte del Valle, la plaza, una manzana sin construir, domina la cuchilla; es el espacio abierto de mayor jerarquía a partir del cual se articula el conjunto trazado como corazón de la población, marca la pauta de los recorridos y de os desplazamientos, dotándolos de sentido, dirección y orientación. La plaza es el sitio en el cual la arquitectura del poblado puede ser leída en la plenitud de su valor: los nítidos perfiles viales de sus cuatro esquinas se recortan como figuras sobre el uniforme fondo de las construcciones de sus costados y más allá de su marco edificado un interminable paisaje de montaña enriquece en forma extraordinaria el conjunto urbano.  Autor: PEDRO NEL RESTREPO Año: 1950 Código: 0200234
Flota de automóviles ubicados en el Parque Uribe. Sevilla.  Autor: s.n. Año: 1930 Código: 0601568
Primera librería llamada Papelería Mundial, en la calle comercial de Caicedonia.  Autor: s.n. Año: 1945 Código: 0601373
Familia Cuéllar Caicedo en la Hacienda Lourdes, vereda Palomino. Sevilla.  Autor: s.n. Año: 1948 Código: 0502784
Teodoro Monsalve Cabal y amigos, en la Hacienda las Delicias. Trujillo.  Autor: s.n. Año: 1930 Código: 0500969
Pabellón del grupo de arrieros, en la fiesta de la Virgen Inmaculada. El Águila. El oficio de arrieros con carga a lomo de mula entraría a remplazar, una vez mejorado las condiciones de los caminos, a los cargueros y silleteros que existieron hasta bien entrado el siglo XIX. La arriería en la región del Norte del Valle (Paisaje Cultural Cafetero), es la misma arriería que la “Colonización Antioqueña” dejo como herencia histórica. Durante la segunda década del año 1900 los arrieros presentían la catástrofe. Pues los automotores de carga rugiendo por las carreteras, las locomotoras con sus largos vagones deslizándose por los rieles y los cables aéreos columpiando los bultos por encima de las nubes, hicieron que los arrieros y las recuas de las mulas lloraran su propio desaparecimiento.  Autor: s.n. Año: 1930 Código: 0400684
 Autor: Belisario Clavijo Año: 1956 Código: 0400637
De derecha a izquierda Bertina y Víctor Montoya; Rebeca Vargas, Israel, Bárbara Montoya, José y Arquirio Orrego. El norte del Valle del Cauca se caracteriza por ser una región muy conservadora que mantiene las tradiciones Familiares a través de las nuevas generaciones. El Águila.  Autor: Belisario Clavijo Año: 1956 Código: 400644
Cabalgatas o paseos campestres, actividad familiar, para el disfrute del tiempo libre y de la exuberancia exótica de la geografía del municipio. El Águila.  Autor: Belisario Clavijo Año: 1959 Código: 0400647
Carlos Guevara y Erasmo Antonio Velásquez. Con sus trajes de arrieros en la Hacienda Montegrande, El Águila. Un arriero es una persona que trabaja transportando mercancías como café, paja, corcho, trigo, carbón, maquinaria y muchas otras, cargadas fundamentalmente sobre lomos de mulas, dada la fortaleza de estos animales. Sin más herramientas que un “Zurriago” con el que arreaban las mulas. El arriero se encarga de arriar y siempre caminando de a pie en medio de las mulas, de que éstas realicen sus recorridos, por lo general muy extensos, y de que las mulas cumplan con transportar las valiosas mercancías que cargan de manera confiable segura hasta el lugar de destino.  Autor: Belisario Clavijo Año: 1946 Código: 0400658
Libardo Clavijo y Manuel Espinal. Ropa de trabajo en las fincas ganaderas. El Águila, Corregimiento Cajones.  Autor: Belisario Clavijo Año: 1955 Código: 0400680

Familia nativa de Ansermanuevo, en los albores del siglo XX.  Autor: s.n. Año: 1910 Código: 0400621
Matrimonio de Los esposos Cabal Plaza. El Águila.  Autor: s.n. Año: 1-ago-1923 Código: 0400334
El campesino de la época, Emilio Agudelo, conocido como “Caucharlo” y su infaltable “Nacho” para la carga del mercado. Argelia. Desde fines del siglo XIX se ha formado una cultura cafetera que incluye en la vida de la región y crea la conciencia que permite la producción de granos maduros, limpios y sanos. Como en Colombia no existen grandes plantaciones industriales, son pequeños y medianos cultivadores quienes producen el café en forma artesanal, con devoción y cuidado. En este medio el café es más que una forma de vida: es una vocación que se trasmite de generación en generación y el cafetero se llena de nostalgia cuando por azares del destino tiene que dejar su plantación. Aquí el alma montañera está aferrada a los almácigos, a los secaderos y a los sacos de café.  Autor: Víctor Manuel García Año: 1930 Código: 0300426
Clara Rosa Giraldo y sus hijos, vereda Santa Teresa. Ulloa.  Autor: Víctor Manuel García Año: 1910 Código: 0201006
Familia Sánchez. Fotografía familiar. Sevilla  Autor: Foto Toro Año: 1940 Código: 0200397
La Epopeya del Hacha, alegoría y composición fotográfica con ocasión de las bodas de plata de Sevilla, en la calle 56 cra 52, Alto de las rentas. Sevilla. El Territorio del Paisaje Cultural Cafetero del Valle ha sido transformado durante generaciones por campesinos dedicados al cultivo de café, en una estrecha relación entre domesticidad y trabajo, cuyas formas de reproducción y control social dieron origen a una de las culturas más interesantes de nuestro departamento, con manifestaciones y expresiones muy variadas de gran riqueza y complejidad. Esta geografía humanizada, producto de la historia, fue moldeada por el cultivo del café, principal protagonista de las transformaciones históricas ocurridas en el paisaje al articular los elementos preexistentes en el territorio con aquellos propios del desarrollo de esta actividad: la caficultura llevada a cabo en pequeñas parcelas dispersas, explotadas por mano de obra familiar, modo de vida de esta sociedad que creó la exigencia de la fundación de pueblos en los filos de las montañas, inaugurando una red de comunicaciones que modificó sustancialmente el paisaje, dándole su sello cultural característico. Se trata de una forma de ocupación del territorio en la cual las fincas y los pueblos, a través de las vías que los relacionan recíprocamente se complementan.  Autor: Eduardo Toro Año: 1-may-1928 Código: 0101637
Esposos Manuel Bedoya y Carmelita de Bedoya. Caicedonia.  Autor: s. n. Año: 1930 Código: 0101786
Esposos Manuel Bedoya y Carmelita de Bedoya. Caicedonia.  Autor: s. n. Año: 1930 Código: 0101662